Según refiere Teleprensa en esta noticia, tras la nueva oleada de agresiones a personal sanitario en la provincia de Almería, CSI-CSIF denuncia la ineficacia del plan integral contra agresiones puesto en marcha por la Junta de Andalucía.
Ya lo hemos comentado en más de una ocasión: los planes de prevención de agresiones están muy bien y son útiles, pero nunca lograrán erradicar completamente este problema. No lo harán porque la verdadera causa de estas se halla en la conjunción de dos factores...
El primero es un gobierno que habla de nuestra sanidad en términos de calidad, eficiencia y atención al usuario como adalides de su proyecto. Sin embargo, la cruda realidad del día a día nos muestra que nuestros centros están saturados, que el trato es frío e impersonal y que los profesionales, hastiados de estas condiciones, trabajan desmotivados y sin alicientes para conseguir esos retos de excelencia.
El segundo es la presencia de malas costumbres y falta de educación (especialmente sanitaria) en determinadas personas, que al final se terminan creyendo que todo va a funcionar siempre fenomenalmente y a la vez de forma inmediata... y la mayoría sabemos que por desgracia eso no es así.
Las soluciones son, lógicamente, dos:
La primera se basa en la gestión: mejor gestión de los recursos para escuchar y atender las demandas reales de los ciudadanos y los profesionales. No vender humo sino hechos reales y permitir que las personas que integran nuestro sistema sanitario (es decir, todos) decidan sobre cómo quieren realmente que sea este, y adecuar los recursos para lograr lo más cercano posible a esa demanda.
La segunda se basa en la educación: es necesario implantar medidas de educación sanitaria en nuestra formación curricular básica, con doble objetivo: fomentar la salud y prevenir la enfermedad por parte de los prpopios ciudadanos desde las aulas, y conocer la estructura y el correcto uso de nuestro sistema sanitario. Ambos objetivos nos harían ganar salud y ahorrar dinero.
